También
conocido como Albaricoque y como Damasquito, este arbustito debe su
nombre a la semejanza de su fruto en tamaño, forma, color y sabor con
los Damascos.
La hoja del Alvarillo es simple, alterna,
brevemente peciolada, elíptica y entera. La atraviesa en su mitad una
nervadura, donde la hoja se pliega sobre si misma, sin llegar a
cerrarse de todo en todo. El borde es liso, y ligeramente amarillo a
rojizo en la hoja adulta. La hoja tiene 3 cm. de largo por 1,5 cm. de
ancho. De color verde celeste en la madurez, semejante en color a la del
Palan Palan, es cuando brota de un color rojo intenso. A medida que
crece, muda de colores, pasando gradualmente por todos los tonos de
rojo, naranja y amarillo. En los ejemplares jóvenes, con la primera
lluvia de primavera, las hojas advenedizas se tornan de un color verde
incandescente que de tan intenso parece falso y que contrasta
fuertemente con el monte circundante aun mustio y amarillo.
El
follaje es persistente, laxo y, como especie xerófila que es,
achaparrado. Cada rama menor termina con una espina por punta. Las ramas
viejas son quebradizas, y las jovenes, tiernas y flexibles, de un color
por partes rojizo y por partes violeta.
Florece en Primavera. Las flores, menudas, amarillas y hermafroditas. El
fruto del es una drupa verde cuando inmadura y amarilla cuando
madura que, como dijimos arriba, se parece a un Damasco en el tamaño,
la forma, el sabor y el color. Dentro, se aloja un carozo redondo, de
textura lisa.
El fruto es comestible, en extremo dulce y jugoso. Rico
en pulpa, constituye la dieta de mucha fauna nativa, como zorros y
lagartos overos, que esparcen.

Bibliografía:
Instituto de Botánica Darwinion,
iNaturalistCL,
Flora Nativa de Cordoba http://churqui.org/inicio/
No hay comentarios:
Publicar un comentario